
La confianza como nueva moneda de cambio en la era Fintech
En el acelerado ecosistema de servicios financieros y fintech, uno de los activos más valiosos y a menudo subestimados es la confianza del usuario. En un entorno donde surgen nuevas empresas con una frecuencia casi diaria, y donde muchas de ellas no cumplen con las expectativas mínimas de servicio, seguridad y transparencia, los usuarios se enfrentan a una disyuntiva cada vez más común: ¿en quién confiar?
La expansión del sector fintech ha democratizado el acceso a servicios financieros, pero también ha fragmentado el panorama. Si bien esta apertura ha permitido una mayor inclusión financiera, también ha dado lugar a una proliferación de proveedores cuya calidad, cumplimiento y atención al cliente varían de forma drástica. El resultado es un terreno fértil para la desinformación, la publicidad engañosa y la frustración del consumidor.
El costo de esta desconfianza no es menor: pérdidas de capital, pérdidas de tiempo, y, sobre todo, una profunda erosión de la credibilidad de toda la industria. Es aquí donde se plantea una necesidad crítica y urgente: establecer estándares reales de evaluación y transparencia, más allá de lo que cada empresa comunica desde su propio marketing.
La solución: sistemas de evaluación descentralizados y en tiempo real
Surge entonces una propuesta revolucionaria: crear un sistema donde las empresas fintech y financieras no sean evaluadas por cuánto invierten en publicidad o posicionamiento, sino por la experiencia real de sus usuarios, validada mediante tecnología, métricas objetivas y control de calidad en la información.
Aquí es donde entra Liquidity24, una iniciativa diseñada para ser un punto de inflexión en la forma en que los actores de la industria son evaluados y seleccionados. Su premisa es simple pero poderosa: ofrecer una plataforma de ranking en tiempo real, basada en datos verificables, inteligencia artificial y validación social.
A diferencia de los modelos tradicionales de directorios o rankings pagados, Liquidity24 se centra en una arquitectura descentralizada de opiniones y experiencias, donde cada comentario y calificación es analizado, clasificado y auditado para evitar manipulación o sesgos sistemáticos.
Por supuesto, una plataforma de este tipo enfrenta desafíos importantes. Uno de ellos es el sesgo natural en los comentarios de usuarios con bajo nivel de educación financiera, que pueden malinterpretar términos, procesos o condiciones contractuales.
La solución no está en censurar estas opiniones, sino en entrenar modelos de inteligencia artificial que permitan ponderarlas, filtrarlas adecuadamente y complementar con insights educativos. Así, la plataforma no solo evalúa, sino que también educa al usuario y genera valor agregado para la empresa evaluada, orientándola a mejorar sus procesos internos.
La otra clave es el monitoreo constante del flujo de actividad, algo que toda empresa tecnológica y de marketing debe adoptar como práctica estándar. Las plataformas como Liquidity24 deben contar con un sistema robusto de supervisión de contenido y tráfico, que permita detectar patrones de abuso, campañas de desprestigio, y, sobre todo, validar la autenticidad de los datos presentados.
En pocas palabras la construcción de una infraestructura de confianza digital, capaz de redefinir las reglas del juego en el sector financiero. En lugar de premiar al que más gasta en publicidad, premia al que ofrece la mejor experiencia documentada. En lugar de depender de métricas internas o privadas, promueve un entorno transparente, abierto y colaborativo.
El mensaje es claro: en una industria donde la confianza es la moneda de cambio más importante, la transparencia no es una opción, es un imperativo. Y quienes entiendan esto antes que los demás, no solo ganarán mercado, sino que construirán marcas duraderas, sostenibles y, sobre todo, confiables.
Escrito por Stephany Rojas Duque
Experta en tecnología Fintech y brokerage